Ha sido como un cuento animado. La verdad, mucho no se relajaron. Estaban demasiado emocionados de ver tantas esterillas en el suelo y al quitarse los zapatos creyeron que aquello era un parque de bolas y no paraban de dar saltitos.
Algunos más atentos siguieron todas las instrucciones.
La monitora, Esther, madre de Félix de 3 años C, lo hizo genial. Enhorabuena por su paciencia y delicadeza para con los niños.
Al final les regaló una piedra mágica con dos palabras NAMASTE (GRACIAS) y por detrás : Ohmmmm.
Qué bien nos hubiera venido a los adultos una sesión así.
jueves, 14 de mayo de 2015
Taller de yoga
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La piedra creo q no ha llegado a casa 😢 o por lo menos yo no la he visto. Imagino q no ha sido fácil controlarlos a todos.
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